La termografía es una técnica desarrollada en el S.XX ya habitual en los sectores industriales, de construcción y energético. Sin embargo la incorporación de cámaras termográficas a los drones, está abriendo un campo de aplicaciones de termografía aérea novedoso al alcance de un mayor número de empresas.Aquí se dan dos hechos: se fabrican cámaras termográficas más económicas de un alto nivel profesional las cuales se pueden acoplar a drones que permiten un uso aéreo a un coste muy competitivo.
La termografía puede ayudar a los jefes de mantenimiento a detectar una anormalidad antes de que se produzca el problema real. Al montar la cámara termográfica en un drone, podemos revisar grandes cantidades de instalaciones o terreno en un único vuelo, así como acceder a zonas difíciles o casi impracticables sin riesgo humano alguno. De esta forma, se pueden evitar costosas averías y ahorrar tiempo y dinero, eliminando los riesgos humanos.